Capitulo XI

- Creo que parte ha sido mi culpa Carlisle… - dijo mi padre a mi abuelito disculpándose, luego se dirigió al director – me he encontrado tan preocupado por mi hermanita que la he sobreprotegido, he cumplido sus caprichos y la he mantenido apartada del resto de los alumnos, por miedo a que alguien la lastime sin querer. Es por eso que se comporta así. Lo de casarse… yo lo sabía…

Tanto mi abuelito como el director lo voltearon a ver acusantes, casi con enojo. Así que ese era el plan ¿mi padre se echaría la culpa? ¿Y luego? ¿Cómo podría ayudar eso?
- No me digas que pretendías ayudarla a escapar con Jacob. –mi abuelito fingía muy bien su papel de padre disgustado, no me gustaba la forma enfadada, con la que miraba a mi papá, aun sabiendo que era una puesta en escena, me sentía muy incomoda.
- Por supuesto que no Carlisle… simplemente esperaba que ella se diera cuenta… -También mi papá interpretaba muy bien su papel de hijo arrepentido. Los dos me estaban dando una lección, tal vez inconcientemente, pero ahora si me quedaba perfectamente claro, porque no podíamos estrechar lazos con los humanos.
- ¿Y si no lo hacía? – terció el director también sumamente molesto.
Mi padre agachó la cabeza, fingiendo no saber que contestar. Yo comencé a llorar, de la vergüenza y el arrepentimiento.
- He platicado con la psicóloga de la escuela, ella está dispuesta a platicar con Renesmee. – dijo el director tratando de regresar al propósito de la reunión.
- Estoy de acuerdo, pero yo, al recibir su llamada, he platicado también con una colega en el hospital, preferiría que fuera con ella con quien se entrevistase Nessie.
Contuve la respiración al esperar la respuesta del director.
- Como usted lo vea más conveniente Doctor Cullen, veo que también seria bueno que platicara con Edward.
- Por supuesto, lo único que he deseado es que estos chicos se encuentren bien a mi lado, tal vez he debido poner más atención, me siento realmente culpable.
Me paré de mi asiento y abracé a mi abuelito, le puse la mano en la mejilla y le supliqué que hiciera lo posible por terminar ya, aquello, me sentía incomoda hasta el extremo, casi incapaz de soportar más.
- Señor Director, creo que debo platicar con mis hijos en casa, si no le importa, deseamos retirarnos.
- Por supuesto Doctor, pero voy a necesitar comprobantes de que Renesmee acude al psicólogo, ya que se atenderá fuera de la escuela.
- Claro que si, lo que usted necesite. Ahora si nos disculpa, nos retiramos.
Se estrecharon las manos, agradeciéndose mutuamente y salimos de la oficina. Sólo cuando estuvimos dentro del coche de Carlisle puede volver a respirar tranquila.
- Lo lamento mucho. –dije para ambos.
Mi padre me sonrió con ternura y luego me abrazó.
- Te has preocupado de más todo el tiempo. Se que comprendiste, de una muy incomoda manera, una de las tantas razones de por qué nos mantenemos alejados de los humanos.
- Si lo se, nunca había sentido tanta pena en mi vida.

No me encontraba enojada con Amber, sabía que había actuado por cariño hacía mí, y pensaba que estaba haciendo bien, de hecho si yo hubiera sido humana deprimida por la muerte de mis padres, hubiera actuado correctamente al querer buscar ayuda para mí. Pero ahora ¿qué tendría que hacer?
- Creo que vamos a tener que mudarnos ¿verdad?
Era algo que no deseaba, pero que otra cosa podríamos hacer, iba a casarme, no había vuelta de hoja respecto a eso. No quería acumular más y más mentiras… ya habíamos comprado una casa aquí. Nuevamente me puse a llorar.
- Tranquila… lo de la casa tiene remedio, pero tienes razón, ya no podemos quedarnos aquí.
- Lo arruiné todo. –dije entre sollozos.
- No, no lo hiciste, al contrario, nos mudaremos a Denali, estaremos mucho mas cerca de Forks, a Jake le va a convenir mucho más estar a unas pocas horas en coche de Billy, por si vuelve a recaer. Nosotros estaremos con nuestra familia, hasta Leah y Seth se sentirán mucho más contentos con este cambio.
- Más vampiros, seguramente a Jake le hará mucha gracia.

Pero Jacob se rió horas de mí cuando le conté todo por la noche.
- No puedo creer que hayas provocado tal problema. –me decía entre carcajadas.
- ¿Entonces no te molesta que tengamos que mudarnos a Denali?
- Por supuesto que no, al contrario, está mucho más cerca de Forks, más cerca de mi gente.
- Pero lo de la casa…
- Bueno, a lo mejor tengamos que rentar algo mientras vendemos la de Hanover. Lo arreglaremos todo mi amor, ya deja de preocuparte.
Seguía riéndose así que cuando colgué el teléfono me sentía mucho más aliviada.

La mudanza no consistió mayor problema, simplemente se reabrió la casa que los Cullen tenían allá.
Nuestra familia, la única otra familia de vampiros vegetarianos que vivían allá, nos recibió con los brazos abiertos, no cabe duda que no hay mal que por bien no venga, me dije.

Jacob llegó el viernes por la noche, sólo faltaba una semana para la boda, regresaría el lunes con él a Forks, junto con mi madre, y durante toda la semana, nos quedaríamos en casa de Sue Clearwater, mamá de Leah y Seth, cumpliendo una de las tradiciones Quileutes, para la ceremonia.

A unos cuantos kilómetros de la casa de Tania en Denali, en las faldas del Monte McKinley, se encontraba una pequeña pero hermosa cabaña, que pertenecía a Eleazar, éste accedió a vendérnosla con gusto.

Las cosas se habían acomodado tan perfectamente, que lo vi como un buen presagio de mi futura vida al lado de Jacob, simplemente iba a ser maravillosa.