Capitulo VIII

- Queremos decírselo a mis abuelitos –anuncié después de varios brindis.
- Podemos brindar con ellos también. – dije sonriéndole a Jake, sabía que él les tenía un gran aprecio, después de mis padres, ellos eran los vampiros que más podía soportar.
- Porque no llamamos a todos los miembros de la familia, así no tendrán que repetir la historia una y otra vez. –sugirió mi mamá.
Miré a Jacob interrogante, para saber si estaba de acuerdo. Este asintió con la cabeza; así que mi papá pronunció los nombres de los miembros de mi familia, como si se encontraran junto a él en la misma habitación.
Todos al escuchar sus nombres acudieron de inmediato y se instalaron en la sala expectantes.
Jacob y yo nos sentamos en un sillón frente a todos los presentes. La sonrisa de mi rostro no podía ser más amplia, por lo que todos de igual manera me sonreían. Sabían que estaba feliz.
- Familia Jake y yo vamos a casarnos. –anuncie radiante.
Yo me imaginaba que a estas alturas todos lo sabían, pero me equivoqué.

Todos abrieron grandes los ojos por la sorpresa. Y fue Rosalie la que rompió el silencio incomodo que se había formado.
- Pero… ¿Por qué tan pronto?
- Nos amamos, y no vemos porque esperar más.
- ¿Están seguros de querer hacerlo así de pronto? –preguntó mi abuelito, con su voz tranquila y conciliadora, como siempre.
- Por supuesto. –contestó Jake.
- Serán muy felices –aseguró mi abuelita Esme con los ojos dulces, nada más porque los vampiros no producían lágrimas es que su ojos se encontraban secos.
La sonrisa de Alice se volvió radiante, en su mente seguramente ya estaba haciendo miles de planes para la boda.
- Esto será maravilloso –dijo mientras aplaudía entusiasta, pero Jacob resoplo casi al borde del pánico.
- Alice, queremos casarnos bajo los rituales Quileutes –aclaré.
Alice comenzó a hacer pucheros.
- Seguramente será muy romántico –dijo mi abuelita con un tono de reproche para Alice. Pero la cara de esta se iluminó de nuevo.
- Bueno pero la recepción estará bajo mi responsabilidad ¿verdad? –abría y cerraba los ojos suplicante.
- Nada ostentoso Alice, por favor que mi familia es muy sencilla –suplico Jake.
- Les fascinará lo prometo
- Me das miedo enserio –bromeo Jake.
Todos nos reímos a carcajadas. Pero Rosalie seguía seria.

Para mi Rose era muy importante, la quería tanto como a mi mamá. Por eso su gesto de desaprobación me hacia sentir incomoda.
- ¿Qué pasa Rose? –pregunté con cautela.
Su expresión se dulcifico inmediatamente.
- Sólo estoy preocupada ¿no es demasiado pronto?
Pero volteo a ver a mi papá. Todos confiaban en su don para saber si las personas estaban pensando lo correcto, y en este caso me imagino que todos se tranquilizaban al observar que mi padre lo aprobaba ampliamente.
- Tía, amo a Jacob y en verdad es lo que quiero. – sonreí dulcemente y ella me devolvió la sonrisa de igual forma.
Se acercó a mí y me abrazó.
- Te deseo toda la felicidad del mundo preciosa.
- Gracias Rose.
Toda mi familia comenzó a abrazarnos y a felicitarnos deseándonos lo mejor. Emmett y Jasper comenzaron a bromear con Jake sobre su despedida de soltero.
Las mujeres de mi familia comenzaron a hacer planes, hasta mi madre que poco interés había demostrado en toda su vida por las celebraciones, opinaba entusiasta sobre los preparativos de mi boda.
A veces, cuando las propuestas, sobre todo las de Alice, rayaban en la exageración Jake bufaba quedamente y me apretaba la mano, yo regañaba a Alice y esta desistía de sus loqueras.

Jacob iba aceptando todo tranquilamente, sabía que era algo que me hacía feliz, así que él participaría entusiasta. Ya se había planeado el viaje a Nueva York para buscar el vestido y demás cosas, todo se iba construyendo hermosamente. Me sentía cada minuto más dichosa, si eso era posible.

De repente Emmett contestó a una pregunta de Rosalie que ninguno habíamos escuchado.
- Jasper y yo podemos hacer la mayoría, talvez algunas cosas las mandemos a hacer. Supongo que Edward también ayudará. –lo volteó a ver para esperar su respuesta.
- ¿Ayudará a qué? –pregunté entusiasmada, adivinando el tema que estaban discutiendo.
- A construir la casa que pensamos regalarles –contestó Emmett la sonrisa amplia y franca que siempre lo caracterizaba.
Jake me apretó muy fuerte de la mano y la desaprobación se dibujó inmediatamente en su rostro.
- Disculpen pero no… no podemos aceptar tal cosa. –dijo Jake muy serio, con un tono de disculpa en su voz.
- ¿Por qué no? –preguntó Rosalie con la voz dulce y tranquila pero en sus ojos comenzaba a chispear la ira.
- Porque es un gasto muy elevado y ya están gastando demasiado en la boda.
- Es tradición que la boda la pague la familia de la novia –dijo mi padre.
- Lo sé, y aunque para mí eso no importa, lo acepto y lo agradezco porque eso hace feliz a Nessie –se volteó y me acarició dulcemente la mejilla. Yo le sonreí.
- Pero en lo sucesivo les aclaro que mantendré a mi esposa con mi trabajo.
- Osea que la tendrás en la miseria. –Explotó Rosalie mirando despectivamente a Jake. –Nessie esta acostumbrada a lo mejor… ¿qué le puedes dar tú? Será mejor que doblegues tu orgullo. Ella no va a vivir como pordiosera.
Rosalie estaba siendo muy cruel con Jacob. Así que me enfurecí.
- Rosalie, yo viviré muy contenta donde esté Jake no importa el lugar, ni el dinero.
- No puedes ser tan intransigente Jake.- terció Alice – Rosalie tiene razón Nessie esta acostumbrada a tener todo, además a nosotros nos sobra el…
- Discúlpame pero no… no voy a aceptar su dinero.
- No vas a impedirnos que le demos regalos –dijo Jasper defendiendo a su mujer.
- Serán para Nessie, así que no podrás rechazarlos –agregó Emmett.

Toda la familia se había puesto tensa.

- Basta –dije elevando la voz. –a mí lo único que me importa es estar con él, no importa el lugar ni el dinero, ya lo dije… y les pido que respeten las decisiones que tomamos Jake y yo. Les agradezco que quieran que este bien y cómoda pero en ningún lugar por lujoso que sea, estaré mejor que con él.
- Tienen razón –dijo con tono conciliador mi abuelito -discúlpanos Jacob, todo es por lo mucho que adoramos a Nessie, a ti también te tenemos gran aprecio. Y le deseamos lo mejor, sabemos que harás todo lo que esté en tus manos para hacer feliz a nuestra niña. – me sonrió con ternura.
- Aun así no rechazaras los regalos verdad – Alice guiñó un ojo.
- Alice, por favor -le dije -limítate a lo de la boda, lo siguiente nos corresponde a Jacob y a mí, nada más ¿de acuerdo?
- De acuerdo –contestó haciendo gesto dramático de resignación.

Pero Rosalie volteó a ver furiosa a Jacob, y salio a grandes pasos de la habitación.