Así que una tarde mientras caminábamos por el bosque decidí decírselo, me armé de valor, y deseché de mi cabeza todas esas ideas preconcebidas de que debe ser el hombre quien pida matrimonio a su pareja. Gracias al cielo no era tan tímida e insegura como Bella, mi madre, pero aun así me costó mucho trabajo hacerlo, sobre todo porque no podía decirle la verdadera razón por la que quería casarme tan pronto.
- Perrito, necesito hablar contigo –dije mientras caminábamos de la mano por la orilla del lago. Se me hizo el escenario perfecto, la media luz del cielo nublado de la tarde se filtraba por los árboles reflejando su sombra completamente oscura en el lago, la neblina comenzaba a esparcirse por el rededor y combinada con las sombras le daba un color violeta a todo. Me agradaba aquel clima, aquel paisaje, sentía que pertenecía a él, como pertenecían la vegetación y los animales, a lo mejor porque al amar a un lobo, amaba a la naturaleza que lo acogía como un hogar.
- Dime preciosa –contestó con cautela, su oído de licántropo seguramente ya percibía el ritmo acelerado de mi corazón.
- Jake, no quiero separarme de ti nunca –dije a media voz, eso no era precisamente lo que quería decir, y obviamente sabía la respuesta que daría a eso.
Me miró con ternura e inmenso amor y dijo.
- Amor, no vamos a separarnos nunca –suspiró- sólo es físicamente durante la semana pero los fines de semana estaremos juntos, no importa que tu padre pague una fortuna, estaré aquí. Pero sobre todo estarás en mi corazón eternamente.
Hice una mueca de disgusto, sobre todo porque aun no sabía cómo hacerlo, y las cosas no se encaminaban hacia donde yo quería.
Así que lo solté sin más, después de todo, estaba en completa confianza con él.
-Jake, quiero casarme contigo… - me mordí el labio nerviosa. Lo observé con cautela, pero el soltó una carcajada.
- Claro que nos casaremos princesa, cuando termines la escuela, o la Universidad, no se… como tú lo prefieras.
- No Jake, quiero casarme contigo ahora. Lo más pronto posible –Jake se detuvo delante de mí, dándome la espalda pero seguía sosteniéndome la mano. Tardo unos segundos en voltear, yo lo esperé paciente, volteó y dijo viéndome de una manera interrogante pero seria.
- Nessie… pensé que querías continuar en la escuela… no entiendo pequeña ¿No crees que es demasiado pronto?
Un enorme signo de interrogación se dibujaba en su semblante, tenia las cejas tan fruncidas que parecían una sola.
- No veo por qué esperar más, eso es todo – me encogí de hombros.
Pero entonces para que no le quedaran duda alguna de mis motivos, me abrace a su cuello, tratando de parecer sensual y provocativa.
–Te deseo – continué –y mucho Jacob… -pensé que el diría que eso no era una escusa suficiente así que agregué -tu sabes lo anticuado que es mi papá. Así que hagamos las cosas bien… pero pronto.
Jake soltó una risilla nerviosa y comenzó a besarme con dulzura.
Al terminar el largo beso, una amplia sonrisa poblaba su rostro. Me acarició el cabello con ternura y me dijo.
- ¿Enserio es tanta urgencia? – Y luego comenzó a reírse.
- Si – contesté frustrada.
- Amor, no es necesario apresurar las cosas –comenzó a decir con voz melosa – podemos esperar pequeña.
Fue por la forma en que dijo “pequeña” que supe el trabajo que costaría convencerlo. Me acaricio la nuca con su gran mano y luego me besó la frente.
Puse los ojos en blanco.
- ¿Qué pasa?
- A veces siento que me sigues viendo como una niña de 6 años –dije con una mueca. El sonrío y deposito un pequeño beso en mis labios.
- ¿Crees que besaría a una niña de 6 años? – dijo con una sonrisa retorcida -¿Qué clase de degenerado crees que soy?
Tuve que reírme ante su expresión. Pero me mordí el labio, preocupada.
Puse mi mano en su mejilla y le mostré el deseo que sentía porque nuestros cuerpos se amaran físicamente tanto como se amaban nuestras almas. Sus ojos brillaron y comenzó a besarme ardientemente. Quise ser una experta en seducción y llevarlo al punto en que no pudiera resistirse. Realmente no era necesario casarse, eso era simplemente por mi padre, que era un poquito anticuado. Podía entregarme a él en cualquier momento, estaba completamente convencida de que seria maravilloso.
Pero no lo conseguí, después de mucho tiempo de mover su boca por la mía y acariciar mi espalda y cuello con sus manos, se apartó.
- Nessie… ya no hagas eso… me es casi imposible pensar cuando te comportas así. –Dijo jadeante todavía por la pasión.
- ¿Y por qué quieres pensar perrito? –dije tratando de volver a sus labios. Pero Jacob se mantuvo alejado.
- Nena, me haces pensar que es cierto lo que dices, y no serás una niña de 6 años, pero aun así, estás muy chica para esto.
Suspiré llena de frustración ¿Cómo convencerlo?
- Vámonos mi vida –me dijo abrazándome por la cintura -que si seguimos así, me será imposible no pensar en esto delante de tu padre, y necesito de las cuatro extremidades para trabajar.
Bufé enojada, pero me ignoro, y casi me arrastro hasta la casa.
- Perrito, necesito hablar contigo –dije mientras caminábamos de la mano por la orilla del lago. Se me hizo el escenario perfecto, la media luz del cielo nublado de la tarde se filtraba por los árboles reflejando su sombra completamente oscura en el lago, la neblina comenzaba a esparcirse por el rededor y combinada con las sombras le daba un color violeta a todo. Me agradaba aquel clima, aquel paisaje, sentía que pertenecía a él, como pertenecían la vegetación y los animales, a lo mejor porque al amar a un lobo, amaba a la naturaleza que lo acogía como un hogar.
- Dime preciosa –contestó con cautela, su oído de licántropo seguramente ya percibía el ritmo acelerado de mi corazón.
- Jake, no quiero separarme de ti nunca –dije a media voz, eso no era precisamente lo que quería decir, y obviamente sabía la respuesta que daría a eso.
Me miró con ternura e inmenso amor y dijo.
- Amor, no vamos a separarnos nunca –suspiró- sólo es físicamente durante la semana pero los fines de semana estaremos juntos, no importa que tu padre pague una fortuna, estaré aquí. Pero sobre todo estarás en mi corazón eternamente.
Hice una mueca de disgusto, sobre todo porque aun no sabía cómo hacerlo, y las cosas no se encaminaban hacia donde yo quería.
Así que lo solté sin más, después de todo, estaba en completa confianza con él.
-Jake, quiero casarme contigo… - me mordí el labio nerviosa. Lo observé con cautela, pero el soltó una carcajada.
- Claro que nos casaremos princesa, cuando termines la escuela, o la Universidad, no se… como tú lo prefieras.
- No Jake, quiero casarme contigo ahora. Lo más pronto posible –Jake se detuvo delante de mí, dándome la espalda pero seguía sosteniéndome la mano. Tardo unos segundos en voltear, yo lo esperé paciente, volteó y dijo viéndome de una manera interrogante pero seria.
- Nessie… pensé que querías continuar en la escuela… no entiendo pequeña ¿No crees que es demasiado pronto?
Un enorme signo de interrogación se dibujaba en su semblante, tenia las cejas tan fruncidas que parecían una sola.
- No veo por qué esperar más, eso es todo – me encogí de hombros.
Pero entonces para que no le quedaran duda alguna de mis motivos, me abrace a su cuello, tratando de parecer sensual y provocativa.
–Te deseo – continué –y mucho Jacob… -pensé que el diría que eso no era una escusa suficiente así que agregué -tu sabes lo anticuado que es mi papá. Así que hagamos las cosas bien… pero pronto.
Jake soltó una risilla nerviosa y comenzó a besarme con dulzura.
Al terminar el largo beso, una amplia sonrisa poblaba su rostro. Me acarició el cabello con ternura y me dijo.
- ¿Enserio es tanta urgencia? – Y luego comenzó a reírse.
- Si – contesté frustrada.
- Amor, no es necesario apresurar las cosas –comenzó a decir con voz melosa – podemos esperar pequeña.
Fue por la forma en que dijo “pequeña” que supe el trabajo que costaría convencerlo. Me acaricio la nuca con su gran mano y luego me besó la frente.
Puse los ojos en blanco.
- ¿Qué pasa?
- A veces siento que me sigues viendo como una niña de 6 años –dije con una mueca. El sonrío y deposito un pequeño beso en mis labios.
- ¿Crees que besaría a una niña de 6 años? – dijo con una sonrisa retorcida -¿Qué clase de degenerado crees que soy?
Tuve que reírme ante su expresión. Pero me mordí el labio, preocupada.
Puse mi mano en su mejilla y le mostré el deseo que sentía porque nuestros cuerpos se amaran físicamente tanto como se amaban nuestras almas. Sus ojos brillaron y comenzó a besarme ardientemente. Quise ser una experta en seducción y llevarlo al punto en que no pudiera resistirse. Realmente no era necesario casarse, eso era simplemente por mi padre, que era un poquito anticuado. Podía entregarme a él en cualquier momento, estaba completamente convencida de que seria maravilloso.
Pero no lo conseguí, después de mucho tiempo de mover su boca por la mía y acariciar mi espalda y cuello con sus manos, se apartó.
- Nessie… ya no hagas eso… me es casi imposible pensar cuando te comportas así. –Dijo jadeante todavía por la pasión.
- ¿Y por qué quieres pensar perrito? –dije tratando de volver a sus labios. Pero Jacob se mantuvo alejado.
- Nena, me haces pensar que es cierto lo que dices, y no serás una niña de 6 años, pero aun así, estás muy chica para esto.
Suspiré llena de frustración ¿Cómo convencerlo?
- Vámonos mi vida –me dijo abrazándome por la cintura -que si seguimos así, me será imposible no pensar en esto delante de tu padre, y necesito de las cuatro extremidades para trabajar.
Bufé enojada, pero me ignoro, y casi me arrastro hasta la casa.
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